30 de agosto de 2012

Vendedores de local.

   Me resulta grotesco encontrar a un vendedor en su empresa con la cara de tensión y vislumbrar que esta siendo observado por un supervisor (encargado, jefe o manda mas), que burdamente cree pasar inadvertido para mi: "el cliente".
   Siempre sucede lo mismo, se advierte más compromiso en el empleado al actuar para no tener "problemas" que enfocar la venta. Hablando claro, el vendedor quiere escusarte que estés, escusarse que está. Que compres o no compres no es su objetivo.
   Cuando el que manda, comprende que el objetivo de la empresa y el de sus empleados no son los mismos, sabe que tiene un gran problema, pues que tu fuerza de venta no tenga intrínsecamente el objetivo de vender, sino que trate de "lidiar" con una especie de procedimiento de normalización en el proceso de venta, acarrea grandes y dolorosas perdidas: económicas, de autoestima,  desconfianza, desmotivantes para otros aspectos de la organización, faltas de respeto, etc. 

   Por lo tanto la falta de formación en el que manda y en los vendedores es un pecado demasiado habitual en muchas empresas. Y no está ligada a empresas pequeñas, sino que sucede que empresas que se costean y pretenden que esto no les suceda son las primeras en padecerlo y hacérnoslo sufrir a los clientes. ¿Qué pasa con esto entonces? 

   Pues que no basta con creerlo, hay que hacerlo y hace falta formar y vincular a todos.

   El objetivo de cada trabajador debe ser el mismo que el de la empresa. (Consiguiendo cada trabajador el suyo, constituyen el logro del de la empresa).

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